Es probablemente la especialidad en la que la una buena amortiguación cobra mayor importancia.
Aquí se alcanzan las velocidades y cargas más altas de cualquier modalidad, por lo que la puesta a punto y el rendimiento de los amortiguadores marcan la diferencia.
A través del mantenimiento periódico de los amortiguadores nos aseguramos poder detectar la pérdida de rendimiento a tiempo, antes de que los daños sean irreparables.
Es la única manera de que tus amortiguadores estén siempre al máximo.